Los inversores buscan rentabilidad en startups, y para lograrlo, es crucial planificar una estrategia de salida exitosa y valorar la empresa utilizando un metodo de valoración acertado.
Los inversores tienen objetivos de rentabilidad definidos a los que tienen que dar respuesta, sea de forma individualizada o para sus LP (Limited Partners). En ocasiones los inversores pueden tener otros objetivos estratégicos, pero la rentabilidad suele ser un factor predominante en una inversión y la motivación de la decisión final de la inversión.
De ahí la importancia de transmitirle a un potencial inversor las estrategias de exit consideradas por el equipo, facilitando su entendimiento de una futura desinversión y rentabilidad obtenida. De la misma forma, un inversor debe tener una clara expectativa de sus retornos esperados para justificar la inversión.
El Exit
La estrategia de exit es el plan de cómo se venderá o monetizará una startup para los accionistas y puede verse influenciado por múltiples factores como los objetivos personales, las condiciones del mercado o las perspectivas de crecimiento. Según el tipo de exit y la valoración actual y futura de la startup, la rentabilidad obtenida será distinta (Normalmente medida en multiplicadores de inversión ej: 5x, 10x o tasas de rentabilidad porcentual).
Existe una gran multitud de opciones de exit, pero las más comunes se pueden resumir en las siguientes 4:
Existen otros tipos de exits como en última instancia la liquidación por quiebra, pero no son atractivos para Angels o Venture Capital.
La Valoración
De cara a establecer el tipo de salida hay que tener clara la valoración de la empresa. Las startups en busca de financiación no cuentan con un historial de datos lo bastante extenso como para llevar a cabo una valoración al estilo de una empresa consolidada, por lo que no existe una única forma de valorarla. Cada inversor busca criterios diferentes como la facturación o las métricas clave (CAC, Churn, tasa de activación…) pero estos son los métodos de valoración más comunes:
Se valora la empresa a través de múltiplos, también llamados métodos comparativos, que se determinan en comparación con otras empresas.Este método es el más común entre startups a la hora de levantar capital porque permite demostrar en qué punto se encuentra la empresa en comparación con el resto del mercado . El proceso es más fácil cuando la compañía ejemplo cotiza en bolsa. Si no es así, es conveniente compararla con empresas que hayan realizado una transacción recientemente.
Los múltiplos más utilizados más utilizados en el mercado son:
Permite calcular el valor de la compañía en función de los flujos de caja que esta va a generar. Implica proyectar los flujos de ingresos futuros esperados y luego descontarlos al valor presente utilizando una tasa de descuento adecuada. Este enfoque es útil cuando la startup ya está generando ingresos significativos o se espera que lo haga en el corto plazo.
La valoración a través de este método solo tiene en cuenta el valor de los activos de la empresa. Se calcula haciendo el sumatorio de todos sus activos a través de distintos métodos como el valor contable, el valor de liquidación o el valor de reposición. El principal problema de este método es que no tiene en cuenta lo que va a ocurrir en el futuro.
Además, la geografia y la industria tienen un gran impacto en la valoración, típicamente los mercados norteamericanos cuentan con valoraciones hasta 2x más altas que su contraparte europea y sectores como el SaaS tienen mayores múltiplos de valoración.
Existen más métodos de valoración pero lo importante es encontrar aquellos que más se ajusten a la empresa ya que el empresario querrá comparar sus costos e ingresos para saber si se está operando de manera rentable y el inversor calcular el rendimiento potencial de su inversión.